Los digestores anaerobios son una tecnología cada vez más popular en todo el mundo para tratar residuos orgánicos y producir biogás y fertilizante orgánico. Estos sistemas utilizan microorganismos para descomponer materia orgánica en ausencia de oxígeno, lo que produce biogás, un combustible renovable que se puede utilizar para generar electricidad, calor y combustible para vehículos. Además, los digestores anaerobios también producen un subproducto valioso llamado digestato, un fertilizante orgánico rico en nutrientes que puede mejorar la calidad del suelo y la producción de cultivos. En este artículo, exploraremos con más detalle cómo funcionan los digestores anaerobios, sus beneficios ambientales y económicos, y las diferentes aplicaciones en las que se utilizan.
¿Qué es?
Un biodigestor o digestor anaerobio consiste en un espacio sin oxígeno (anaerobio) donde se han introducido unas bacterias llamadas bacterias anaerobias. ¿Qué tiene de especial? Las bacterias anaerobias no pueden vivir en presencia de oxígeno, de ahí que el espacio donde se introducen tenga que estar herméticamente cerrado, para que no pueda entrar este compuesto. En un digestor anaerobio lo más normal es que las bacterias anaerobias vivan bajo el agua, el agua desplaza el oxígeno y así estas bacterias no interactúan con este compuesto.

¿Cómo funcionan los digestores anaerobios?
Pero esto no es lo más especial. Lo realmente especial de estas bacterias es que generan energía renovable a partir de materia orgánica. Al entrar en contacto con materia orgánica, como la piel de una fruta o estiércol animal, comienzan a “comérsela” para transformarla en metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), o sea en biogás, una fuente de energía limpia.

Es el mismo proceso que ocurre en un estómago, las bacterias transforman la materia en energía. En este caso, en energía limpia en forma de biogás, un gas renovable compuesto en un 65% de metano y en un 35% de dióxido de carbono ¿Y qué pasa con el material que no se convierte en biogás? Los compuestos que no se transforman en metano ni en dióxido de carbono, como, por ejemplo, el potasio de un plátano o el calcio de un hueso, se quedan flotando en forma de macro y micro nutrientes dentro de digestor anaerobio, formando parte del biofertilizante que queda cuando las bacterias han terminado esta digestión anaerobia.
Beneficios de los digestores anaerobios
Los digestores anaerobios se utilizan en todo el mundo para tratar una amplia gama de residuos orgánicos, desde residuos alimentarios hasta residuos agrícolas y lodos de aguas residuales. Los sistemas de digestión anaerobia se pueden construir en diferentes tamaños, desde pequeños sistemas domésticos hasta grandes sistemas industriales.
Uno de los beneficios más importantes de los digestores anaerobios es su capacidad para reducir la cantidad de residuos orgánicos que se envían a los vertederos y, por lo tanto, reducir la cantidad de metano y otros gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. Además, la producción de biogás renovable y el fertilizante orgánico a partir de los residuos orgánicos puede ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la calidad del suelo.

La digestión anaerobia es el proceso biológico en el cual se basan los biodigestores o digestores anaerobios. En el biodigestor se introducen las bacterias anaerobias en forma de estiércol de vaca. Estas bacterias se alimentan de restos de cocina, restos de huerto o estiércol humano o animal y como subproductos generan biogás y biofertilizante. Permiten cerrar el ciclo del residuo orgánico mientras se reducen las emisiones de metano a la atmósfera.
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